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17 de marzo, 2014

Un estudio revela posibles fallos en la enseñanza de la lectura a estudiantes hispanohablantes en los Estados Unidos

Lo que funciona para enseñar a los niños a leer en inglés puede ser innecesario para los lectores principiantes de español, según un profesor de Stanford.

por Tanner Vea

Según un estudio, es probable que los niños que aprenden a leer en español no necesiten algunas de las lecciones de preparación que reciben los niños aprendiendo a leer en inglés. (Fotografía: Marcio José Sánchez/AP)

A los que han aprendido a leer en los Estados Unidos les será familiar la instrucción “sácalo por sonidos” (del inglés “sound it out”) cuando se encuentran con una palabra desconocida. Cuando los lectores jóvenes usan esta estrategia para decodificar una palabra escrita, se basan no sólo en el conocimiento de letras y sonidos, sino también en la noción de que cada palabra se puede descomponer en los sonidos que la integran, o fonemas.

¿Pero es el proceso que subyace a aprender a leer, por ejemplo, “cat” en inglés y “gato” en español lo mismo? No, sugiere el nuevo estudio “¿Cuál es la importancia de enseñar conciencia fonémica para los niños que aprenden a leer en español?” que el profesor de Stanford Claude Goldenberg y sus colegas van a publicar en el American Educational Research Journal.

Aprender cómo los sonidos individuales forman palabras -conciencia fonémica- es una piedra angular en el aprendizaje de la lectura en los Estados Unidos. Cuando se enseña a los niños a leer en inglés, es práctica común empezar en kindergarten y al principio de primer grado enseñándoles los sonidos de las palabras con independencia de las letras: por ejemplo,  “cat” (gato en inglés) consta de tres sonidos (k-a-t).

El estudio muestra que los estudiantes hispanohablantes alcanzan la comprensión lectora en español sin necesidad de ese tipo de enseñanza, suscitando preguntas acerca del enfoque que se usa para enseñar a leer en español a un creciente número de estudiantes hispanohablantes en los Estados Unidos.

Más allá de que una solución valga para todos, los educadores en los Estados Unidos deberían reconsiderar su enfoque  en la conciencia fonémica con los estudiantes al inicio de su aprendizaje de la lectura en español, dice Goldenberg, que es miembro del claustro de la Escuela de Posgrado de Educación en Stanford.

Aunque ha habido mucha investigación acerca de los beneficios de la conciencia fonémica para la fase inicial de la enseñanza de la lectoescritura en inglés, Goldenberg dice que el estudio es un aviso contra conclusiones poco críticas que generalizan más allá de la población objeto de estudio.

“Éste es un ejemplo concreto de cuando la política y la práctica de la lectoescritura han estado claramente influidas por el contexto- el de los estudiantes angloparlantes que aprenden a leer en inglés- que no es tan general”, dice Goldenberg. “Necesitamos ser conscientes de las presuposiciones que hacemos cuando llevamos conclusiones de un contexto lingüístico para aplicarlas a otro”.

Para Goldenberg, que nació en Argentina y creció hablando español, el asunto es personal. Enseñó en la secundaria y en primer grado durante varios años en zonas predominantemente latinas de Texas y el sur de California, y durante mucho tiempo ha estado preocupado por los desafíos a los que los estudiantes hispanohablantes se enfrentan en el sistema educativo de los Estados Unidos.

En este estudio, Goldenberg y sus colegas examinaron las habilidades de lectura y lenguaje oral en español de 571 estudiantes hispanohablantes, en tres grupos de primer y segundo grado: niños que aprenden a leer español en México, niños que aprenden a leer en español en los Estados Unidos, y niños aprendiendo a leer en inglés en los Estados Unidos.

Los investigadores apuntan que la enseñanza de la lectoescritura es muy diferente en los dos países. En los Estados Unidos, la pedagogía de la lectoescritura inicial ha estado fuertemente influida desde los años 80 por la investigación de la conciencia fonémica. El marco pedagógico de Reading First (“Leer primero” en inglés), adoptado como parte de la ley No Child Left Behind (“Que ningún niño se quede atrás” en inglés) en 2001, recomendó un mayor enfoque en la conciencia fonémica empezando en kindergarten. Al tiempo que la reforma se extendía por el país, esta recomendación afectó a la enseñanza incluso en distritos donde los estudiantes estaban aprendiendo a leer en español.

Por contra, la pedagogía de la lectoescritura básica en México no pone tanto énfasis en la conciencia fonémica –el entender que las palabras habladas se pueden descomponer en sus sonidos constituyentes.

Aunque la enseñanza de la lectura en ambos países incluye el método fónico -un enfoque que ayuda a que los lectores principiantes aprendan la relación entre las letras y los sonidos que representan-,  tan sólo en los Estados Unidos este sistema sigue o acompaña a la enseñanza de la conciencia fonémica, que pone atención a los sonidos individuales en las palabras, no a la conexión entre las letras y sus sonidos.

Según el estudio, los maestros de lectura básica en México también se enfocan más en las sílabas, una vez que los sonidos individuales han sido aprendidos, y en el significado de lo que los estudiantes están leyendo en comparación con los maestros de los lectores principiantes en los Estados Unidos.

A tenor de estas diferencias, los investigadores han querido comparar el progreso de la lectura en México y los Estados Unidos durante un período de tiempo.

Al comienzo de primer grado, los niños de México sacaron puntuaciones mucho más bajas en las pruebas de lectura y conciencia fonémica que sus compañeros que recibían enseñanza en español en los Estados Unidos. Estos últimos recibieron una cantidad considerable de enseñanza de conciencia fonémica en kinder y en primer grado, y a veces hasta en segundo grado. Los niños mexicanos sacaron resultados más bajos en conciencia fonémica en español incluso que los estudiantes de Estados Unidos que recibían instrucción en inglés (habiéndose medido su conciencia fonémica también en español).

Sin embargo, al acabar segundo grado, un cambio muy llamativo había ocurrido. Aunque los estudiantes mexicanos continuaban sacando resultados más bajos que los estudiantes de Estados Unidos en conciencia fonémica –otra vez por debajo incluso de aquellos que habían recibido enseñanza en inglés – los estudiantes mexicanos habían alcanzado e incluso sobrepasado a los estudiantes de Estados Unidos en lo que realmente importaba: la lectura en sí.

¿Qué podría explicar esta inversión? Con anterioridad diversos investigadores, principalmente en México y otras partes de América Latina, habían sostenido la hipótesis de que la conciencia fonémica puede ser menos importante para los estudiantes de lectura en español que para los de inglés. Desde luego, en español, la relación entre las letras y sus correspondientes sonidos tiende a ser más consistente, mientras que en inglés cada letra puede representar una variedad de sonidos diferentes que han de ser aprendidos.

Además, estos investigadores, cuyo trabajo había sido en gran medida etnográfico y de observación, descubrieron que los lectores principiantes en español parecían enfocarse en el nivel de la sílaba (una sílaba puede tener uno o más fonemas; en español por ejemplo, la palabra “pipa” tiene dos sílabas –pi y pa- y tiene cuatro fonemas, dos en cada sílaba: p - i y p – a).

“No se suele ver a los niños tratando con fonemas, y se ve la comprensión de la fonemas como una extensión de aprender a leer”, dice Goldenberg.

Las respuestas más definitivas sobre la enseñanza de lectoescritura en español dependerán de futuros investigadores que asuman estas preguntas en estudios que asignen aleatoriamente a los sujetos en grupos experimentales y de control. Goldenberg espera que su trabajo dé un impulso a este campo para que se tome este siguiente paso.

Entretanto, estos descubrimientos están influyendo el proyecto actual de Goldenberg: una colaboración con el estudiante de doctorado de Stanford Elliot Friedlander, MA ´08. Ambos llevan a cabo un ensayo aleatorio controlado con un programa de desarrollo profesional destinado a mejorar la enseñanza de la lectoescritura en Ruanda.

“La lengua allí es el Kinyarwanda, y nuestro estudio sobre la conciencia fonémica del español ha tenido una gran influencia en nuestras discusiones, porque su modelo de desarrollo profesional se basa en gran medida en la investigación aquí en los Estados Unidos, principalmente con niños que hablan inglés”, dice Goldenberg. “La enseñanza de la conciencia fonémica es uno de los cinco pilares de su desarrollo profesional”.

Aunque el Kinyarwanda comparte algunas características con el español en el hecho de que tiene un sistema ortográfico transparente y basado en sílabas, también tiene sus propias complejidades y características tonales únicas.

Cualquier enfoque de enseñanza, explica Goldenberg, tendrá que tener en cuenta estas distinciones.

Goldenberg añade que los descubrimientos de este estudio no hacen referencia a si los niños que aprenden a leer en español y que reciben instrucción de conciencia fonémica lo tienen más fácil aprendiendo a leer en inglés. “Hay argumentos en ambos sentidos”, dice. “Esa es otra gran pregunta para un estudio”.

La autoría del estudio corresponde Leslie Reese de la Universidad del Estado de California en Long Beach; Tammy D. Tolar y David J. Francis de la Universidad  de Houston; y Antonio Ray y Rebeca Mejía-Arauz de la Universidad  ITESO en Guadalajara, México. La financiación fue proporcionada por el National Institute of Child Health and Human Development (NICHD).

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Tanner Vea, estudiante del programa de Ciencias del Aprendizaje y Diseño Tecnológico en la Escuela de Posgrado de Educación en Stanford, es un becario en la oficina de información de la GSE

Contacto

Contacte con Claude Goldenberg, profesor de educación, Escuela de Posgrado de Educación en Stanford, (650) 498-4581, cgoldenberg@stanford.edu, o con Brooke Donald, gerente de comunicaciones, Escuela de Posgrado de Educación en Stanford, (650) 721-1402, brooke.donald@stanford.edu.

 

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