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En East Palo Alto Academy, el apoyo a los estudiantes desfavorecidos conduce al éxito

En East Palo Alto Academy, el apoyo a los estudiantes desfavorecidos conduce al éxito

La escuela concertada afiliada a Stanford celebra su 10ª graduación. Más del 90% de sus graduados irán a la universidad este otoño.

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Photo of Bianca Diaz
Blanca Díaz (fotografía de Norbert von der Groeben)

Antes de empezar la preparatoria, Blanca Díaz no pensaba que el sombrero y la toga de graduación fueran parte de su futuro.  A fin de cuentas, como sus dos hermanos mayores nunca llegaron a graduarse, ¿por qué sería ella diferente?

“Mi mentalidad era que yo también abandonaría la escuela”, dice. “Tenía miedo de que no pudiera con ella”.

Pero el jueves, Díaz recibió su diploma de la East palo Alto Academy, donde comenzó como una aterrorizada estudiante de noveno grado para ahora terminar como presidente de la clase del último año, fundadora del club de programación de computadora en su escuela y rumbo a la universidad.

Por su éxito les da mucho crédito a sus maestros, que se convirtieron en sus modelos, y a sus compañeros en el salón, que se convirtieron en su familia.

“Esta comunidad, esta escuela me dio confianza”, dice. “La preparatoria acabó siendo un apoyo, no algo de lo que asustarse”.

Díaz es una de los 56 estudiantes de último curso que se gradúan este año en EPAA, una escuela concertada afiliada con la Escuela de Posgraduado en Educación de Stanford. La ceremonia de graduación tuvo lugar el 5 de junio en el Memorial Auditorium del campus de Stanford, a donde Díaz volverá en unos pocos meses como estudiante de primer año de la clase de 2018.

“Los maestros creyeron en mí incluso si yo no lo hacía”, dice Díaz. “Me mostraron que la universidad era una posibilidad”.

Se puede oír una versión de la historia de Díaz por la boca de cada uno de sus compañeros de clase, muchos de los cuales tampoco pensaron que tuvieran la tenacidad para acabar, por las dificultades en casa, en el salón, o ambos.

A diferencia de muchos de sus vecinos en Silicon Valley, donde el precio medio de una casa supera el millón de dólares y el salario promedio ronda los $90.000, los estudiantes de EPAA proceden de familias con medios mucho más limitados.

La mayoría de los estudiantes viven en East Palo Alto y en la parte este de Menlo Park que no ha visto la riqueza de la explosión tecnológica. Describen cómo viven en departamentos apretados, hermanas, hermanos, padres y abuelos. Hablan de haber asistido a vigilias por amigos que han muerto en las esquinas de las calles. Recuerdan depender de sellos de comida para los abarrotes, de los hospicios para una cama. Sirven de traductores a sus padres. Sirven de cuidadores para sus hermanos. Trabajan para ayudar a sus familias con las facturas de la electricidad, los pagos del carro o la ropa.

Y van a la escuela.

“He aprendido a tener prioridades”, dice el estudiante saliente Gurjeet Chahl, que ha trabajado desde que tenía siete años, primero en construcción, después en una tienda Goodwill y más recientemente para una organización por la justicia social sin ánimo de lucro. “Pero al menos en EPAA no estás solo en esto. Eso no quiere decir, sin embargo, que los maestros te den tareas más fáciles. Pero las actividades se hacen en momentos diferentes y tu consejero de ayuda. En otra escuela simplemente te pondrían en clases de apoyo y te olvidarían”.

Unos 265 estudiantes asisten a EPAA. La composición demográfica es un 83% hispano, 8% negro, 7% de las islas del pacífico y menos del 2% blanco, indio o asiático.

Casi todos los estudiantes optan al almuerzo gratuito reducido, y alrededor del 86% de los estudiantes no habla inglés como lengua primaria en casa. Casi dos tercios de los estudiantes tienen padres que no se graduaron de la preparatoria.

Todas estas estadísticas normalmente conllevan índices bajos de graduación en la preparatoria. Pero en EPAA el número de estudiantes de último año que reciben diplomas ha sido consistentemente más del 90% --este año es casi el 98%. La admisión a la universidad también es alta. Este año, 51 de los 56 estudiantes salientes tiene intención de asistir a una universidad de dos o cuatro años.

“En términos de índices de graduación y acceso a la universidad, EPAA se sale de las estadísticas”, dice Deborah Stipek, decana I. James Quillen de la GSE de Stanford. “Creo que la atención individualizada que reciben de su consejero y otros maestros y los apoyos para el desarrollo social y la salud mental son ingredientes centrales del éxito de la escuela. Estos apoyos son inusuales en otras escuelas que sirven estudiantes como los nuestros”.

EPAA abrió sus puertas en 2001, después de que líderes de la comunidad le pidieran a Stanford que desarrollara una escuela concertada que sirviera a East Palo Alto, que no había tenido una escuela preparatoria en 25 años. El distrito estaba enviando a los estudiantes en autobús a otras escuelas, y menos del 40% se graduaban.

La academia está siendo gestionada como una concertada del Distrito Sequoia Union High y se va a mudar de su actual localización en Menlo Park a terrenos en East Palo Alto al final de este mes. El nuevo edificio tiene más espacio para acomodar el crecimiento esperado de la escuela, que continúa manteniendo una relación fuerte con Stanford.

El plantel de Stanford apoya el desarrollo del currículum y el diseño de la instrucción, y tiene colaboraciones que permiten a los estudiantes y maestros asistir a talleres en el campus de la universidad y traer a mentores para los estudiantes y maestros de EPAA. Alrededor de 15 estudiantes de EPAA aprenden física en los laboratorios de Stanford cada año.

“La investigación sobre mi comunidad que hice con el profesor de Stanford (Al Camarillo) fue lo que acabo haciendo que me animara tanto en la escuela”, dijo Díaz sobre un proyecto que le había hecho cavar entre archivos de periódicos y otros documentos históricos para aprender cómo East Palo Alto llegó a ser lo que es. “Comencé a sentirme muy orgullosa de mi comunidad”.

Photo of Gonzalez and Diaz
Lucía González y Edgar Arroyo  (fotografía de Norbert von der Groeben)

A través del aprendizaje centrado en los estudiantes y basado en proyectos, los estudiantes de EPAA se encuentran en un ambiente escolar muy personalizado. Un programa de consejería los conecta con maestros con los que se reúnen diariamente.

“Irene Castillón es mi inspiración”, dice la estudiante saliente Lucía González, que llegó a los Estados Unidos cuando tenía cuatro años, sin saber una palabra de inglés. “Tuvimos una conexión al instante. Ella procede de un bagaje similar. Conectamos”. Castillón es la consejera de González, una maestra de EPAA y graduada del Programa de Educación de Maestros de Stanford (STEP).

“Los maestros prestan apoyo donde los padres a veces no pueden porque tienen compromisos de trabajo o barreras lingüísticas”, dice Edgar arroyo, que quiere volver a EPAA para enseñar después de la universidad.

“Los maestros me han dado tanto, y me han mostrado lo importante que es tener una educación”, dice. “Quiero devolver eso a otros chicos y chicas que han crecido como yo”.

En las entrevistas, los estudiantes describieron EPAA con palabras como familia, hogar, inspiración, fenomenal, humanitaria, compasiva y querida.

Angie Petelo se transfirió a EPAA en su último año, preocupada porque no pudiera terminar la preparatoria si se hubiera quedado en su antigua escuela, donde “cayó en mala compañía”.

“Aquí, nos relacionados unos con otros, no nos despreciamos”, dice. “El apoyo está literalmente alrededor tuyo”.

Ese apoyo, dicen los estudiantes, es lo que les ayudó a llegar a la graduación, y más allá.

Van a acceder a universidades tales como University of the Pacific, Oregon State, University of San Francisco, Foothill College, Cabrillo College y otros campus de la Universidad de California y de la Universidad del Estado de California.

Petelo se encamina a CSU Humboldt, mientras que Chahal comenzará en UC San Diego. Arroyo se dirigirá al norte a CSU Sonoma y González irá al sur a la Loyola Marymount University.

Y Díaz está muy emocionada sobre sus próximos cuatro años en Stanford. Ni aterrorizada ni sintiéndose destinada a abandonar, tiene una mentalidad decididamente diferente a la de hace cuatro años.

Photo of Petelo
Angie Petelo (fotografía de Norbert von der Groeben)

Para una presentación de diapositivas y la historia de la graduación de East Palo Alto Academy de 2013, por favor visite https://ed.stanford.edu/news/epaa-graduation-2013.


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